Gotas saladas corren por mi rostro, producto de la resignación… aun no sé como resisto tanto este dolor y es que su confesión partió en mil mi corazón.
Sé que me costará, pero ahora si estoy dispuesta a olvidar, asi me tome la vida, algún día el sentimiento partirá.
Y si es como dice que Dios tiene algo preparado para mí por eso cambia mis planes, que lo mande ya, porque no aguanto más.
Horas esperando una conversación que dé alivio a mi día gris, empero el llanto y dolor se suman, haciéndome infeliz.
Llego la hora de aterrizar…
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