Un día en el geisha móvil

Las mejores salidas son aquellas que no se planean con tiempo, hoy fue así. Mi mamá dijo que saldría, asi que le dije a Renzo, mi hermano, que saldríamos.

Llamamos a Eduardo, amigo de promoción de renzo, mi amigo de reuniones etílicas y vecino, y le dijimos que viniera para salir, llegó a las 3pm y salimos en el carro. Pasamos por Jackie a su casa (la misma descripción que hice de Edu encaja para ella, sólo que también es "la fresinha") y fuimos al grifo a comprar una latas de cerveza para poder ir a la playa a ver el sunset.

Decidimos bajar a la Costa Verde, de hecho el carro llegaba allá, lo que no sabíamos era si subiría, deben comprender que ya tiene años el geisha móvil. Bajamos y no encontrábamos una playa "decente" donde tomar o cuando encontrábamos una, no ubicamos la entrada y debíamos seguir.

Al final encontramos la entrada a una, estacionamos el carro en el único lugar libre, pero no duramos ni 2 minutos ya que al costado había una familia parada afuera de su carro. Mientras la mamá y el papa comían tallarines en la maletera, la abuela vestía a su nieta que estaba desnuda en pleno estacionamiento y los demás hijos corrían alrededor del auto. Todo ese escenario era acompañado por la música chicha que salía de lo único potente que tenia ese auto, la radio.

Salimos de ahí y tome el camino equivocado, ya que terminamos en la subida a chorrillos, casi morimos de miedo, ya que habíamos dicho que evitaríamos las subidas empinadas, porque fácil el carro no subía :s... Pero el geisha móvil subió, vaooo ahí!

Bueno al subir la idea era dar la vuelta para volver al circuito y encontrar una playa donde tomar.
Estamos listos para hacer eso pero vimos dos carros de bomberos afuera del edificio de una amiga en común. El chisme llama asi que decidimos pasar por ahí y vimos como se llevaban a nuestra amiga en la camilla. Había explotado el balón de gas y por correr se había doblado el pie (el año pasado le pusieron clavos en esa pierna, otra vez se fregó el verano).

La ambulancia se fue y nos quedamos con su abuelita y primitos que nos contaban lo que paso. Luego La señora se alejo un toque para hablar por fono y vino corriendo para decirnos "¡la llevan a la Ricardo Palma!", creo que pensó que iríamos para allá y que la jalaríamos porque se quedo junto al carro, pero nuestra idea era volver a la playa y tomar las cervezas antes que se calienten :P

Apenas la señora volteo para hablar con sus nietos, puse primera y salimos corriendo, nunca había corrido tanto mi auto. En ese momento sentí que no era necesario seguir soñando con llegar al programa "enchúlame la maquina". Fue demasiado rico.

Volvimos a la playa y tomamos, pero nunca vimos el sunset ya que el cielo no estaba despejado. Al salir del circuito de playas, nos fuimos a comer hamburguesas y decidimos parar otra vez en el grifo para echar gasolina para poder ir hasta la Molina para recoger a Vero de sus clases de la universidad.

En el camino iba peleando y metiendo carro a todos los micros que se cruzaban en mi camino, el tráfico por Javier Prado a las 6:30 es una desgracia.
Llegamos a la universidad una hora después y decidimos parar en la casa de Giova, otra amiga que vive por ahí.

Para llegar a la casa de Giova, para continuar con la tradición del día, nos perdimos. Pero luego de dar vueltas llegamos. Tocamos el timbre y nos dijeron que no estaba, nos pareció súper raro, asi que conseguimos conectarnos del iPod de Vero a internet y buscamos en paginas blancas su número, llamamos pero nos dijeron lo mismo, nos volvió a parecer raro. Creímos y creemos que estaba ahí.
En la puerta de su edificio había un cartel que decía "se vende departamento" sabíamos que ella vendía el suyo, asi que pensamos que quizás ese era su nuevo número de cel, por ello llamamos a ese. Sentíamos como si fuéramos protagonistas de una película de espionaje.

Esta vez Jackie fue la elegida para hacer la tercera llamada, pero al parecer la señora que contesto no escuchaba nada, ya que mi amiga repetía mil veces, pero luego que dijo "ay cortamos esta vieja es sorda" en voz alta, decidimos salir corriendo otra vez, ya que la señora mientras hablaba con ella estaba parada en la ventana del edificio.

Volvimos a nuestro distrito y decidimos para en el casino para jugar un rato, todos perdimos. La siguiente parada era Mc'Donalds. Comimos y volvimos a mi casa.

La salida termino como es costumbre cuando nos juntamos, en mi casa con una botella de ron con coca cola, otros tragos y puchos que de encendían cada minuto.